Con frecuencia escuchamos que nuestra salud está determinada por nuestra genética, así que estamos condenados a padecer ciertas enfermedades. ¡Pero esto no es así! Nuestros genes no determinan nuestro destino en términos de salud. Hoy te contamos cómo el medio ambiente y las elecciones que tomamos a lo largo de la vida son el principal determinante de una vida saludable.

Vida saludable: ¿genética o estilo de vida?

Tradicionalmente, la ciencia le ha conferido un papel muy importante a los genes y a la genética como causa fundamental de las enfermedades, y nosotros hemos aprendido esto de nuestros médicos. Es frecuente escuchar en la consulta que los pacientes digan frases como: “yo sufro de hipotiroidismo, y esto es heredado porque mi madre también”, o “yo sufro de obesidad, y creo que es un asunto familiar porque mis hermanos también son obesos”.

Por otra parte, nos encontramos con la situación opuesta, en la cual es el doctor y no el paciente el que le atribuye la enfermedad a la genética. Así, cuando el paciente pregunta: “¿Doctor, por qué me dio este cáncer?” o “¿por qué me dio hipertensión arterial?”, la respuesta con frecuencia es que no se sabe exactamente la causa y que muy probablemente sea genética.

Aunque está claro que los genes sí influyen en nuestra salud, cada vez tenemos más información que nos indica que nuestros genes no son nuestro destino y que hay otros factores más importantes que debemos considerar cuando hablamos de una vida saludable.

El Proyecto Genoma es un claro ejemplo de esta situación. Esta enorme iniciativa, que finalizó en el 2003, tenía como propósito secuenciar la totalidad de los genes de la especie humana, es decir, el genoma. Los científicos esperaban que con esta información se pudiera cambiar el curso de muchas enfermedades en los seres humanos; sin embargo, la realidad fue muy diferente. A pesar de conocer esta información genética, las personas siguen enfermando y muriendo a causa de las mismas enfermedades,

El exposoma: la variable que falta en la ecuación

Después de descubrir que el genoma no explica el desarrollo de la enfermedad y que los genes no son nuestro destino, los científicos se preguntaron cuáles otros factores influyen en el desarrollo de las enfermedades. Es así como nace el término exposoma: un término cada vez más frecuente en la literatura científica. En esencia, el exposoma es la suma de todos los estímulos a los que se expone una persona a lo largo de su vida.

Como lo expone el artículo “The exposome and Health: where chemistry meets biology”, publicado en el 2020 por la revista Science, los estímulos que configuran el exposoma los podemos clasificar en cuatro grandes grupos, que no solo incluyen aspectos ya conocidos como la dieta y el ejercicio, sino también elementos como la calidad del aire, el estrés, las relaciones e incluso la exposición a campos electromagnéticos. Estos cuatro grupos son:

Ecosistemas

  • Edificaciones, casas, lugar de vivienda
  • Densidad poblacional
  • Uso del suelo
  • Espacios verdes y calidad del aire

Estilo de vida

  • Actividad física
  • Hábitos de sueño
  • Dieta
  • Alcohol, tabaco y otras drogas

Social

  • Ingresos económicos
  • Soporte social y familiar
  • Normas culturales
  • Estrés psicológico y mental

Físico – Químico

  • Ingresos económicos
  • Soporte social y familiar
  • Normas culturales
  • Estrés psicológico y mental

El exposoma: Principal motor de la enfermedad

El exposoma es reconocido hoy en día por la Organización Mundial de la Salud como el principal factor a la hora de prevenir y revertir la enfermedad crónica. En su reporte más reciente, pone de manifiesto que el 71% de las muertes mundiales

anuales se deben a factores como la enfermedad cardiovascular, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, los cuales son prevenibles y modificables. Por lo tanto, podemos afirmar que:

¡Los genes cargan la pistola, pero el estilo de vida es quien dispara!

Epigenética: La relación entre los genes y el medio ambiente

Los científicos descubrieron que, a pesar de que no podemos cambiar los genes que heredamos, sí podemos activarlos o desactivarlos. ¡Así es! No todos los genes están activos en todo momento, sino que se activan dependiendo de los estímulos que le proporcionemos a nuestro cuerpo, tales como alimentación, movimiento, toxinas, etc. De este modo, podemos apagar los genes que producen enfermedades y encender los que producen estados de salud deseables.

La medicina funcional activa tus mejores genes

La medicina funcional hace énfasis en la adopción de estilos de vida que permiten desactivar los genes que ocasionan enfermedades y activar los que promueven salud, bienestar y longevidad. Es por esto que cada sesión de medicina funcional comienza con un análisis de los factores tóxicos, sociales y del estilo de vida que influyen en la salud década persona, para luego continuar con el diseño de un plan personalizado que incluye cambios en el estilo de vida. ¡Te invitamos a conocerla para lograr tu máximo potencial de salud!

Como lo expone el artículo “The exposome and Health: where chemistry meets biology”, publicado en el 2020 por la revista Science, los estímulos que configuran el exposoma los podemos clasificar en cuatro grandes grupos, que no solo incluyen aspectos ya conocidos como la dieta y el ejercicio, sino también elementos como la calidad del aire, el estrés, las relaciones e incluso la exposición a campos electromagnéticos. Estos cuatro grupos son:

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Escrito por:

Sebastián Castrillón R

Médico Funcional apasionado por la enseñanza de hábitos saludables.

Centro EOS – Medellín

Dr. Sebastián Castrillón

Escrito por:

Sebastian Castrillón

Médico Funcional apasionado por la enseñanza de hábitos saludables.

Centro EOS – Medellín

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